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Revalorizar la Abogacía a través del Coaching

Camina lento, no te apresures, que a donde tienes que llegar es a TI mismo”.
J. Ortega y Gasset

Cuando hace más de 34 años ingresé a la Facultad de Derecho, de la Universidad Nacional de La Plata; tímidamente, a cursar la carrera que para mí era mi vocación para toda la vida; si alguien me hubiera preguntado si yo me veía como Coach en un futuro, la respuesta hubiera sido “no”. Era algo totalmente impensado para mí. Sin embargo, hoy estoy parada aquí agregándole valor a mi “SER ABOGADA” a través del Coaching.

Nos enseñaron en la Universidad a planear estrategias para ganar un litigio. Y no nos enseñaron la forma de llegar a un buen acuerdo, que aunque no sea tan beneficioso económicamente, sea un acuerdo de voluntades para el bien común, donde todos ganemos de igual forma.

Hoy en día estamos ante uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad, no solo por el virus, que nos ha obligado a detenernos, sino porque muchos abogados habíamos comenzado a observar que la forma de ejercer nuestra profesión tenía que cambiar de manera integral.

Desde el Coaching aprendí una serie de distinciones que otorgaron a mi “SER ABOGADA” un cambio profundo en la forma de ejercer mi profesión. Fundamentalmente me convertí en una nueva Observadora. Pude tomar conciencia de que la verdad absoluta no existe, y menos en el ámbito de lo jurídico, donde para el mismo problema, podemos construir un sinfín de soluciones.

Asimismo, comprendí lo que significa el poder de la “Presencia” y lo importante de quedarme allí para el cliente o para el justiciable, dependiendo ello, ejercemos la profesión libremente o si somos operadores judiciales, acompañando al otro en lo que está sintiendo, y a veces simplemente estando presente.

No hace falta utilizar frases como “ya pasará”, “todo tiene solución”,

Hace falta recordar que en estos casos, el silencio y el escuchar al otro con empatía, pueden ser nuestros mejores aliados.

Humanizar la profesión del Abogado y actuar con apertura, flexibilidad adaptándonos al mundo actual son las claves para darle un nuevo sentido tanto a nuestra vida personal, como profesional.

La podemos humanizar adquiriendo habilidades blandas transversales que atraviesen nuestro desempeño, como la empatía, la inteligencia emocional, la escucha activa, entre otras. Y actuar con apertura y flexibilidad, centrándonos con atención plena al momento presente, dispuestos a afrontar el sinfín de desafíos que nos plantea el día a día del ejercicio profesional.

Por ello, en definitiva, cada uno de nosotros es responsable del bienestar que nos debe causar el ser Abogados/as, para tener una vida más plena en todos los niveles, aprovechar esta oportunidad para ir revisando nuestros antiguos hábitos y desde allí conectarnos con las herramientas que el Coaching nos trae y convertirnos en profesionales de referencia, comprometidos con el bien general y alineados con el valor justicia, valor supremo que rige nuestra amada profesión.

Silvina Dubini
Abogada – Coach


Fuente: Axon Trainning

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