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El Abogado y el Conflicto

Dra. Berta Paulina Furrer

CoLABORADORA

Abogada de la Universidad de Buenos Aires – UBA
Especialista en Derecho de Daños y Derecho de Seguros
Ex Presidente Comisión Incumbencias Profesionales – CASI
Secretaria del Instituto de Derecho de Seguros
Directora Departamento Biblioteca Colegio de Abogados de San Isidro

El Abogado y el Conflicto

ABOGADO NEGOCIADOR

Hemos venido actuando los abogados en un rol protagónico frente al conflicto, como abogados litigantes. Las numerosas causas que se  inician año a año así lo demuestran y ese número de causas llegan en su gran mayoría a sentencia. 

Somos abogados litigantes.

Podemos decir que el litigio es una contienda judicial entre partes en la que una de ellas mantiene una pretensión a la que la otra se opone o no satisface. En la contienda judicial gana uno y pierde el otro, en la mayoría de los casos.

Este rótulo de abogado litigante,  debe ser analizado, entendiendo, que no se es menos abogado por ser negociador  ya que se trata de desarrollar un potencial latente en todos nosotros. Para  poder resolver el conflicto debemos ser capaces de mirarlo desde otro ángulo; es el desafío que se nos plantea como demanda social en el anhelo de justicia y desarrollarlo conforme las circunstancias lo requieren. 

Entonces debemos  observar el fenómeno, tomar conciencia y transformar nuestro accionar  para cambiar las conductas, nada fácil y sin embargo necesario.

Es así  que como abogados trabajamos en la solución de problemas  que existen entre dos o más partes que tienen objetivos que parecen  incompatibles, una  con los de la otra, o que sin ser incompatibles  se aparecen como tal  a la comprensión de una de ellas o de ambas. El orden  jurídico aparece como uno de los métodos institucionalizados y regulados de solución en estos conflictos. 

El conocimiento de la teoría del conflicto, las técnicas para la resolución del mismo y el conocimiento de las normas jurídicas nos va a permitir abordarlo de una manera diferente.

El proceso de cambio de paradigma viene a modelarnos desde afuera para sacar a relucir en nosotros capacidades latentes. Es decir, que tenemos la oportunidad ahora de lograr una sinergia al combinar en nosotros al litigante y al negociador.

Se ha  incorporado  la oralidad en el proceso civil. Este hecho abre la posibilidad nuevamente de la negociación. Digo nuevamente porque la misma ya se había iniciado con la Mediación obligatoria.

Y en este punto cabe la distinción del Mediador y el Conciliador Procesal.

El Mediador tiene como objetivo acompañar a las partes en litigio y orientarlas hacia la solución del conflicto, sin que exista la  rigidez que aplica la Justicia. El abogado se debe trasformar en un componedor del conflicto y no en alguien que concibe el pleito judicial como única solución de problemas y crisis.

El Conciliador Judicial  impone una formalidad distinta y busca solucionar el conflicto y conciliar posiciones e intereses. Es el Juez en la audiencia el que asume esa función.

Con respecto al Arbitraje, el mismo debe que ser entendido como un método de resolución del conflicto, cuyo objetivo es que la Justicia se transforme en factor principal y permita la resolución de casos en forma independiente, rápida y segura mediante el fortalecimiento integral del sistema judicial. El arbitraje se vislumbra como un modo de paliar la sobrecarga de tareas de los tribunales y la dilación en la duración de los pleitos.

Es así que la negociación deja de ser un componente secundario  de la labor profesional para transformarse en una acción principal, pero para ello es necesario abrir nuestra mente y adaptarnos a los nuevos paradigmas, entendiendo como paradigma  todo aquel modelo, patrón o ejemplo que debe seguirse en determinada situación. 

Este cambio de paradigma exige por parte de los abogados una nueva adecuación, un nuevo rol, la necesidad de desarrollar nuevas habilidades, adquirir nuevas herramientas para el ejercicio profesional e implica nueva formación profesional del abogado y nuevos campos de intervención profesional a explorar. Es ahí donde surge el abogado negociador.

No es tarea sencilla la del abogado negociador. Howard Raiffa tituló uno de sus libros El arte y ciencia de la negociación y manifiesta que hay que investigar, clasificar, entender planificar, escuchar, persuadir, crear, controlar, percibir, intuir y comunicar. Y esto necesita como condición previa clarificarnos en nuestro rol.

Esto nos abre nuevas posibilidades en el ejercicio profesional y requiere de adecuada formación, ya que negociar es celebrar tratos dirigidos a la conclusión de un conflicto: es un proceso de comunicación en el cual se intercambian compromisos que tienden a satisfacer deseos y necesidades que son recíprocas para celebrar acuerdos.

Es así que podemos considerar que:

la negociación constituye la alternativa a la fuerza para resolver conflictos y como medio de transformar las estructuras interpersonales, políticas, internacionales y económicas. Por su naturaleza utiliza como medio la palabra o más precisamente los lenguajes para intercambiar información.”

Mario Sitnisky “La Negociación”.

Este proceso de negociación está atravesado por la toma de decisiones que comprenden una evaluación de la situación para determinar los beneficios, medir los riesgos y aprovechar las oportunidades, ya que las disputas pueden ser consideradas no como problemas sino ser capitalizadas como oportunidades.

Es así que un negociador debe ser capaz de establecer un plan de acción relacionando medios y objetivos: preparar, definir reglas, enfocarse en los asuntos, persuadir con tácticas apropiadas, articular propuestas y negociar intereses. Es así que estás técnicas de negociación se pueden clarificar y diagramar  con la Teoría de los Juegos. Para que la negociación sea exitosa tenemos que buscar encuadrarla en un esquema en el cual  todos ganan (estrategia win-win).

Entonces, capacitarnos en el arte de la oratoria, en la teoría del conflicto y en las técnicas de la negociación nos va a permitir como abogados abordar los cambios necesarios para  avanzar  y a su vez desarrollar los nuevos roles que las circunstancias nos imponen.

Pero entiendo, en definitiva, que todo el proceso de la negociación debe ser profesionalizado, lo que nos lleva a los abogados a tener que estudiar estas nuevas técnicas, ampliando nuestras capacidades y nuestras incumbencias profesionales.Por un lado debemos entender que la negociación es una incumbencia más del abogado ya que se amplía el campo profesional. Este nuevo arte se ve plasmado en todas las ramas del derecho.     

La negociación es un nuevo punto, es una perla más en el collar, que debemos incorporar a nuestro ejercicio diario de  nuestra labor profesional.  A este efecto nos iluminan las palabras del maestro Couture:

» Como todas las artes, la abogacía sólo se aprende con sacrificio; y como ellas, también se vive en perpetuo aprendizaje.» 

Maestro Couture

Desarrollamos esta nueva habilidad aspirando al claro objetivo de ser una herramienta más para logar la justicia que actúa de faro de nuestro accionar. Al decir del maestro citado:

«El derecho no es un fin, sino un medio. En la escala de los valores no aparece el derecho. Aparece, en cambio, la justicia, que es un fin en sí y respecto de la cual el derecho es tan sólo un medio de acceso..»

Maestro Couture

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